Podriamos escribir muchas cosas sobre Mariano Barrenechea.
Por ejemplo que, de sus cinco hermanos y hermanas, es el único que nació en Mar del Plata en 1958.
Que estudió en el Instituto Peralta Ramos pero terminó sus estudios en otras escuelas: según los curas ya no coincidía con el ideario marista. Asunto que fue absolutamente cierto.
Eran los ´70… años de rocanroles y revoluciones.
Tal vez, esos años de cuadernos con hojas llenas de caligrafías realizadas con pluma cucharita y una férrea disciplina, preanunciaban lo que luego sería su profesión.
Al tiempo, ya estando casado con hijos – como la serie-, se anotó en la Escuela Superior de Artes Visuales “Martín Malharro” y a los pocos años, entre criar hijes, poner un bar musical en Alem llamado Jade y asistir a la escuela, se recibió de diseñador gráfico… precisamente en 1986.
A partir de allí, trabajó en innumerables proyectos y lugares. Estuvo un tiempo en Buenos Aires y allí trabajó junto a Rodolfo Pagliere, Carlos Masoch, Alejandro Ross y Andy Chernyavsky en las revistas Rock and Pop, El Musiquero e Idolos Musicales. En esa ciudad realizó varios proyectos editoriales de diferentes índoles, logrando así mucha experiencia en el diseño editorial.
Pero el mar y la familia fueron más fuertes que el obelisco y regresó a Mar del Plata donde compró su primera computadora Apple y así se convirtió en un pionero del diseño asistido, ya que hasta ese momento todo se hacía de manera analógica. Pasó de la paralela y el tablero a la pantalla, el teclado y el mouse.
A partir de allí se posicionó en el universo del diseño gráfico marplanauta, primero en forma individual y luego en sociedad integrando distintos estudios y talleres gráficos. En estos últimos se especializó en fotomecánica y artes gráficas, offset, tipografía y serigrafía.
Trabajó para muy diversas y variadas empresas locales, tanto en el ámbito editorial como en otros campos, como el diseño de estampas para indumentaria, folletería y packaging. Paralelamente a estas actividades profesionales, pudo combinar su pasión por el surf y se convirtió en juez internacional de surf, participando en competencias de esa disciplina tanto nacionales como internacionales. También fue director de arte de la revista “Surfista” -medio grafico de tiraje nacional-, de manera exclusiva durante casi 30 años.
Luego de muchísimos años realizando todas estas actividades se interesó por lo social, cursó algún tiempo la carrera de sociología y desarrolló un programa de surf inclusivo para niñes y adolescentes al que llamo “Surf x Inclusión” y por el que pasaron más de 1.000 niñes y adolescentes de Mar del Plata – Batán. Como él mismo afirmaría en cada nota periodística: -…”es mi deseo que niños de Mar del Plata y Batán con cuestiones de exclusión social, puedan disfrutar del mar de la misma manera que lo he hecho en mi infancia y que lo han hecho mis propios hijos…”-
Actualmente se desempeña como parte del equipo técnico del programa Envión, dependiente de la Provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de Gral. Pueyrredón.
En todo tiempo su búsqueda de alternativas que vinculen el arte con una mejor calidad de vida han sido su premisa fundamental. El arte tomado como una forma de expresión, más allá de ataduras estéticas o conceptos académicos. El arte como herramienta de cambio social, catártico y no como mero entretenimiento decorativo culturoso de pitucas galerías y palabras difíciles.
Es por eso que, si uno le pregunta a Mariano acerca de su relación con el arte, él se define a sí mismo como un artista Amateur.